jueves, 16 de septiembre de 2010

El cambio...ya viene llegando...

Más del 70% de los cubanos nacieron después de 1959, y crecieron escuchando que debían sacrificarse primero para luego crear una sociedad próspera. Las carencias serían pasajeras. Pronto tendrían más que el litro de leche diario, comprado hasta los 7 años a través de la libreta de racionamiento. Los padres tendrían el derecho a recibir un apartamento si trabajaban en la microbrigada de construcción. Algún día habría juguetes fuera del racionamiento. Desde el pre-escolar tenían que repetir consignas, y mostrar agradecimiento porque a cambio recibían la educación y la salud pública “gratis”.
Así, de generación en generación. Vieron secarse los grandes planes lecheros y desaparecer la industria azucarera; los juguetes venderse en las caras tiendas en divisas; las microbrigadas detenerse; las viviendas y cuartos atestados con los ancianos y los nuevos vástagos; los ínfimos salarios y pensiones pagados en pesos sin valor real; las mentiras para disimular los productos “luchados” para “escapar” en la bolsa negra; las ideas oprimidas para llegar a la universidad de los “revolucionarios”, o lograr una “tarjera blanca”, el permiso de salida de Cuba, que muchos añoran porque el gobierno dice que “si no te gusta esto, te vas”.
El poder absoluto, detentado durante 51 años, ahora acusa a los cubanos de ser vagos, recostados a papá Estado. Pero el paternalismo lo creó ese gobierno totalitario, que inculcó la espera y la inercia en seres humanos imposibilitados de ejercer su voluntad y decidir sobre su presente para construir el futuro según sus capacidades, calificación y creatividad. En esta sociedad de pobres económicamente, sin experiencia de trabajo y quehacer político independiente, con valores morales y cívicos trastocados, 500 000 ciudadanos están siendo privados súbitamente de empleo, por el prácticamente único empleador hasta el momento: el Estado. En el curso de 6 meses, ellos y sus familias tendrán que comenzar a “luchar” totalmente desprotegidos. En total la cifra ascenderá a un millón 300 mil personas en tres años, según anunció el presidente Raúl Castro el 2 de agosto.
No caben dudas de que la crisis económica, política y social imperante en Cuba demanda cambios abarcadores y rápidos. Hasta Fidel Castro reconoció al periodista Jeffrey Goldberg: “El modelo cubano no sirve ya ni para Cuba”. Incluso la educación y la salud pública son un desastre.

Con tales dificultades internas, es imposible forjarse ideas ambiciosas respecto a un avance ostensible en el camino de las reformas del sistema, al menos en los próximos dos años. A no ser que haya al menos dos muertes, obviamente por enfermedades u otros percances asociados a la senectud, Cuba continuará a medio camino entre la pureza dictatorial y un autoritarismo “light.”
Parece que la élite política en Cuba ha conseguido la fórmula ideal para conservar sus posiciones hasta el inexorable desenlace biológico. Junto a las propuestas de contenido retórico y marginales valores prácticos, referentes a un programa de cambios estructurales, se alza la tendencia a continuar con la aplicación de la fuerza, tanto desde la perspectiva del lenguaje utilizado en las tribunas, pasando por la inamovilidad del código penal, con su estela de arbitrariedades y la impunidad con que actúan las organizaciones de masas y policiales.
Y como recientemente ha analizado Montaner…este es el principio de la “desfidelizacion”

1 comentario:

  1. Por favor de contactarme. Estoy interesada en obtener el derecho de publicar esta foto en un libro de poemas acerca del régimen castrista.
    Mi E-mail:
    adabezos@hotmail.com
    mi web-site:
    www,cubaenverso.com

    ResponderEliminar