miércoles, 17 de marzo de 2010

13 DE MARZO 1957 - 13 DE MARZO 2010

Aquel 13 de marzo de 1957, el asalto al Palacio Presidencial en La Habana, en plena luz del día por el Directorio fue el acto más espectacular y heroico de toda la insurrección contra Batista. Las hazañas del Directorio Revolucionario, son un capítulo desconocido y de haber prevalecido este grupo, el curso de la historia de Cuba habría sido muy diferente.
El Directorio Revolucionario fue una organización revolucionaria cubana fundada el 24 de febrero de 1956 por José Antonio Echeverría Bianchi, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, junto con Fructuoso Rodríguez, Faure Chomón y Joe Westbrook. Su máximo dirigente seria José Antonia. Tenía José Antonio un carácter muy alegre, familiar, risueño, y despertaba gran simpatía entre quienes lo rodeaban. Sus compañeros lo llamaban con cariño “Manzanita.” Proveniente de una familia de la ciudad matanzera de Cárdenas, con firmes convicciones catolicas (de hecho su hermana nos recuerda que ese 13 de marzo habia ido a misa, confesado y comulgado)se incorporaría a la Universidad de La Habana para cursar estudios superiores de arquitectura. Fue elegido presidente de la FEU el 30 de septiembre del 1954.
La Organización Auténtica (O/A) brazo armado del Partido Revolucionario Cubano PRC(Autentico), y el Directorio coordinaron sus esfuerzos para liquidar la tiranía de Batista. Menelao Mora Morales, en representación Auténtica, con Echeverría reclutaron a los integrantes de una vasta operación para ejecutar a Batista y evitar que Fidel Castro lograra adueñarse de Cuba.
Entre los miembros del Directorio estaban tanto estudiantes como profesionales, obreros y campesinos, que valientemente lucharon contra Batista en las calles de las ciudades más grandes usando tácticas de guerra urbana y en el campo en las montañas del Escambray de mi propia provincia de Las Villas.
El Directorio recibió notoriedad inmediata, pero fugaz, cuando el 13 de marzo de 1957 se puso en marcha la heroica y valiente tarea, pero también suicida, del ataque contra el Palacio Presidencial, la fortaleza palaciega del Presidente Batista en La Habana. Fue organizado por José Antonio, Menelao y Carlos Gutiérrez Menoyo, entre otros. Estos tres dirigentes morirían en la operación. El grupo determinado de insurgentes incluye prácticamente toda la dirección del grupo de La Habana. Sin embargo, el intento audaz de huelga y la ejecución de Batista fallaron. La mayoría de los atacantes murieron en el intento y lo mismo sucedió con la mayoría de los dirigentes, algo muy conveniente para Fidel.
Los 50 jóvenes que entraron al antiguo Palacio Presidencial entablaron recio combate en contra de la guarnición gubernamental, muchos jóvenes murieron, y a otros se les agotaron las municiones. Se decide retroceder, para pedir refuerzos y continuar posteriormente el ataque, pero la operación de apoyo no funcionó. Dicho apoyo no sucedió en un franco esfuerzo de miembros del Movimiento 26 de Julio para que el ataque fracasara y la alta membrecía de la FEU y de la O/A muriera.
Coordinado con el ataque a palacio, se preveía la toma de Radio Reloj y a las 3:21 de la tarde de aquel 13 de marzo de 1957 llegó José Antonio a la cabina de Radio Reloj y entregó un boletín donde se informaba del ataque y de un supuesto parte emitido por oficiales y clases que habrían tomado el mando del Ejército, luego de destituir a altos jefes y oficiales del tirano Batista. Al final de este boletín, uno de los locutores anunció que el líder de la FEU daría a conocer una alocución al pueblo de Cuba. Inmediatamente, José Antonio inició una apasionada arenga donde anunció la caída del tirano...“Pueblo de Cuba, en estos momentos acaba de ser ajusticiado revolucionariamente el tirano Fulgencio Batista. En su propia madriguera del Palacio Presidencial el pueblo de Cuba ha ido a ajustarle cuenta, y somos nosotros, el Directorio Revolucionario, los que en nombre de la Revolución cubana hemos dado el tiro de gracia a este régimen de oprobio. Cubanos que me escuchan, acaba de ser eliminado…”... La alocución quedó cortada cuando el líder estudiantil repetía sus palabras, en el momento en que un empleado encargado de las transmisiones, en otro lugar, sacó del aire la emisora.
Luego de ofrecer su histórica alocución al pueblo de Cuba, José Antonio Echeverría se dirigió en automóvil hacia la Universidad de La Habana, para llegar a ese recinto y luego continuar hacia el combate del Palacio. Al pasar por la esquina de L y 27, el carro se enfrentó con una perseguidora, y se desató una lluvia de balas. José Antonio fue el primero en bajarse de su auto, y avanzó disparando. Un policía que estaba dentro de la perseguidora segó la vida de aquel gigante tan querido.
Como una triste consecuencia del ataque a palacio, al día siguiente, Pelayo Cuervo Navarro, firmante de la Constitución del ’40, militante y senador ortodoxo y eminente profesor universitario, que siempre se mantuvo firme contra Batista, sería asesinado y su cuerpo abandonado en El Laguito. Cabe señalar, como una paradoja interesante, que los asesinos de Pelayo Cuervo Navarro, y los hijos del difunto, se unieron en la fallida invasión de Bahía de Cochinos. Aquella otra epopeya que de haber triunfado, otra cosa hubiera sido de la historia de Cuba.
Semanas después, en la tarde el 20 de abril de 1957, en lo que se llamaría “La Matanza de Humboldt 7.”Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado, Fructuoso Rodríguez y Joe Westbrook perdieron la vida en un intercambio de disparos con la Policía Nacional. Fueron chivateados por Faure Chaumon y Raúl Díaz Argüelles, agentes fidelistas. Este último, laureado general internacionalista muerto en Angola.
Si el Directorio Revolucionario hubiese triunfado aquel 13 de marzo, el curso de la historia de Cuba habría sido muy diferente...
Honor y Gloria a estos mártires de la libertad de Cuba!

“Si caemos que nuestra sangre señale el camino de la Libertad. Porque tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo. Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo.” José Antonio Echeverría

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